lunes, 7 de abril de 2014

HEBER OCAÑA GRANADOS Y SU POEMA

SINFONÍA LENTA PARA UN AMOR AUSENTE

Mudo y solitario va mi corazón que amó un día
Retaceando antiguos ropajes
Llenos de aroma pueril de la melancolía.

Son lánguidos sus ojos,
Umbrosas sus cabelleras.
No guardo por ella enojos,
Ni mucho menos sus toscas quimeras

Solo mi corazón ciñéndose el lomo
Para un matutino vuelo,
Guarda besos, antojos y un mojado pañuelo.
Y para no volver a sus viejas andanzas
Cruza montes, cruza praderas
Y lleva como mortaja el aroma de un ciruelo.
Y aunque el alma guarde tibias semblanzas
Ella muy bien sabe que resistiré camino hacia el cielo.

No guardaré sus recuerdos de la que partió un día
Dejándome con frío y más solo que una montaña.
Para no estar triste ni mucho menos hablar con melancolía
Susurro estos versos desde ésta España lejana

Partió sola y por su propio camino
Festejando partidas, ahuyentando alegrías.
Hoy nos sé qué será de sus huesos ni de su destino
Solo me imagino que estará haciendo lo que más quería.

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