Marchaban dos amigos por el mismo camino.
De repente se les apareció un oso.
Uno se subió rápidamente a un árbol
ocultándose en él; el otro, a punto de ser atrapado, se tiró al suelo,
fingiéndose muerto.
Acercó el oso su hocico, oliéndole por
todas partes, pero el hombre contenía su respiración, por que se dice que el
oso no toca a un cadáver.
Cuando se hubo alejado el oso, el
hombre escondido en el árbol bajó de
éste y preguntó a su compañero qué le había dicho el oso al oído.
-Que no viaje en el futuro con amigos que
huyen ante el peligro y abandonan al amigo cuando están en riesgo –le
respondió.
***
Moraleja:
La
verdadera amistad se
comprueba
en los momentos
de peligro
ME PUEDEN DECIR QIEN ES EL NARRADOR DEL CUENTO
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