Poeta Zoila Capristán
QUIEN NUMERO LA DISTANCIA
Quien numero la distancia en que perdurará el amor
y el tiempo de transitar por desiertos cargando la congoja de no tener ojos;
el corazón se concibió de piedra y densa aun mas,
al mismo tiempo los pies se tejen de llagas y espinas
- Se que una vez nací....-
Subyacente a mis pies chasquean
Las flores que enviabas cuando perseguías emerger un rayo de luz
mientras la mirada se ausentaba en el horizonte,
¡Ay¡ quien pudiera descomponer el tiempo y hacerlo verso...
- El perfume ... emerge de la corona de flores que yace junto a mi ataúd-
El tiempo se torna añejo,
la piel es un trivial manto de madera;
por dentro corroe la polilla
y el alma ¡pobre!
Una sombra infausta hecha de remiendos y espejismos
-Escuchen... cercano, el jinete de la muerte-
Al virar sobre mi sombra,
El cabizbajo cráneo se hunde en mis manos
¡Ay! Cuanta traición que no profetice, cuanta herida, cuanto llanto,
a lo lejos solo había mariposas que me prestaban sus alas
picaflores que me elevaban de noche cuando me escondía tras las piedras
y el perro que me quería ...
-Mis ojos se humedecen... el agua se esta turbando -
El tiempo se descompone en mi carne, se trastorna en gusanos y polilla
el hacedor me mira indiferente,
ella a intervalos me acaricia, sigilosa, logra alcanzar mi corazón,
... entonces, restriega la herida,
y ante mi cadáver los dos ríen ...
-Es la burla de tu Dios; ... oye el eco de su sorda carcajada-
Soy espectadora de mi tránsito
Doliente carne que celebra su funeral
Dispuesta a entrar al ataúd de fuego
A reducir en cenizas este cuerpo que existió
-Hay una escena que no aprendí-
Fue el acto del profeta;
el día en que los pájaros alzaron vuelo llorando
cuando de mi cuna florecieron enraizadas rosas negras,
-¡La nefasta noche en que nací...!
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