miércoles, 5 de noviembre de 2014

LUIS CERNUDA y sus poemas

Poeta Luis Cernuda

CONTIGO

¿Mi tierra? 
Mi tierra eres tú. 

¿Mi gente? 
Mi gente eres tú. 

El destierro y la muerte 
para mi están adonde 
no estés tú. 

¿Y mi vida? 
Dime, mi vida, 
¿qué es, si no eres tú?


LA SOMBRA

Al despertar de un sueño, buscas 
Tu juventud, como si fuera el cuerpo 
Del camarada que durmiese 
A tu lado y que al alba no encuentras. 

Ausencia conocida, nueva siempre, 
Con la cual no te hallas. Y aunque acaso 
Hoy tú seas más de lo que era 
El mozo ido, todavía 

Sin voz le llamas, cuántas veces; 
Olvidado que de su mocedad se alimentaba 
Aquella pena aguda, la conciencia 
De tu vivir de ayer. Ahora, 

Ida también, es sólo 
Un vago malestar, una inconsciencia 
Acallando el pasado, dejando indiferente 
Al otro que tú eres, sin pena, sin alivio.



QUÉ RUIDO TAN TRISTE

Qué ruido tan triste el que hacen dos cuerpos cuando se aman,
parece como el viento que se mece en otoño
sobre adolescentes mutilados,
mientras las manos llueven,
manos ligeras, manos egoístas, manos obscenas,
cataratas de manos que fueron un día
flores en el jardín de un diminuto bolsillo.

Las flores son arena y los niños son hojas,
y su leve ruido es amable al oído
cuando ríen, cuando aman, cuando besan,
cuando besan el fondo
de un hombre joven y cansado
porque antaño soñó mucho día y noche.

Mas los niños no saben,
ni tampoco las manos llueven como dicen;
así el hombre, cansado de estar solo con sus sueños,
invoca los bolsillos que abandonan arena,
arena de las flores,
para que un día decoren su semblante de muerto.

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