jueves, 6 de marzo de 2014

ANSELMO GREGORIO PLASENCIA DÍAZ Y SU POEMA



Poeta Ansemo G. Plasencia Díaz

     Nació el 15 de abril de 1928, en San Benito, provincia de Contumazá, departamento de Cajamarca. Sus padres fueron: Don Andrés Avelino Plasencia Alva y doña Petronila  Díaz León. Estudió la primaria en su pueblo natal. Sus estudios secundarios y superiores los hizo en Lima. Ejerció la docencia en las materias de Historia y Geografía. También ejerció la docencia en la Escuela Tecnológica de Administración (ETA). Es contador mercantil. Contrajo matrimonio con la dama Clotilde Contreras.
     El escritor y poeta ha escrito varias obras literarias: “Cumbres Peruanas”, 2009; “Broche de oro” y “Amores adolescentes de Solimar y Marcelo”, novela, 2013.
                                                 Rafael Alvarado Castillo
Lima, 2 de Marzo de 2014.

EL LLANTO DE LOS ANDES
                 
                             A José María Arguedas

Antropólogo, Maestro José María Arguedas,
lucero brillante de los andes peruanos.
Las retamas florecen con pálida tristeza,
la piedra de sayhuite llora al no verte,
la laguna Pacucha sufre por tu muerte.

Esa bala asesina apagó la luz de tu vida,
y emanó tu sangre por los ríos profundos.
Los Andes suspiran y lloran tu ausencia
los cerros y los ichus sufren sin consuelo
y tu alma generosa, nos mira desde el cielo.

Los valles y los ríos no oyen tu canto,
los campos envueltos en tules eternos,
te buscan entre el maizal y el trigal.
Tú, alegre nos miras desde el celeste cielo,
y en los andes gélidos que fueron tu suelo.

Desde el cielo, miras tus claras huellas,
que dejaron tus pies en esta agitada tierra,
marcando tus pasos en esta agreste tierra,
por donde caminaste, fuiste caminando…
por la luna, el zorro de arriba y el zorro de abajo.

Creaste para tu patria, un bello tesoro,
obras inmortales  que expresan  tu nombre
con tu lengua quechua al mundo contaste.
Fases de tu sabia fructífera y corta vida,
niño, adolescente, joven, te hicieron hombre.

Te fuiste  de este mundo, llamado por Dios,
junto a él, te acompañan las vírgenes del Sol.
Van por la ribera del caudaloso río hablador,
sangre derramada en la cruz de nuestro Señor.

                                            (Anselmo G. Plasencia Díaz)

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