viernes, 23 de agosto de 2013

OCTAVIO PAZ





OCTAVIO  PAZ
Nació en la ciudad de México, en 1914. Desde muy niño tuvo inclinaciones literarias. Sus primeros poemas se  publicó en la revista literaria “Barandal”, en 1931.  Fue un notable diplomático en el Japón, en la India y Francia. Es uno de los poetas hispanoamericanos más importante de las últimas décadas que fue galardonado  con el Premio Nobel de Literatura en 1990. También es un eximio ensayista que  ha escrito temas literarios, políticos y antropológicos.
Obra poética: “Fruto cuadrivio”, “El nuevo festín de Esopo”, “El arco y la lira”; “¡No pasarán!”, 1936; “Raíz del hombre”, 1937;  “Entre la piedra y la flor”, 1941;   “Piedra de sol”, “Libertad bajo palabra”, 1949;  “Semillas para un himno”, 1954; “Salamandra”, 1958;  “Árbol adentro” 1958.
LA RAMA
Canta en la punta del pino
un pájaro detenido,
trémulo sobre su trino.

Se yergue, flecha, en la rama,
se desvanece entre alas
y  en música se derrama.

El pájaro es una astilla
que canta y se quema viva
en una nota amarilla.

Alzo los ojos: no hay nada.
Silencio sobre la rama,
sobre la rama quebrada.

PRIMAVERA A LA VISTA

Pulido cielo azul de invierno, puro
como la frente, como el pensamiento
de una muchacha que despierta, frío
como un sueño de estatua sin memoria.

El mar respira apenas, brilla apenas;
sueña la luz dormida en la arboleda
y  sueña prado y flor. Mas nace el viento
y el espacio se puebla de banderas.

Del mar dormido sube a la colina
y su invisible ser es un océano
que gira y canta, esbelto suspendido
sobre los eucaliptos amarillos.

De la colina baja al mar de nuevo
y es su rumor  de hojas unos labios
sobre un desnudo cuerpo adormecido,
sobre la transparencia del silencio.

El día abre los ojos y despierta
a  una primavera anticipada,
rosa amarilla  abierta al aire frío
lienzo en el aire o suelta cabellera.

La roja flor se mece y se deshoja,
el día se deshoja como flor,
y  abierto en luz, en vibraciones, cae,
húmeda sal dispersa, sobre el mar.

El viento gira y canta y se detiene,
dulce huracán, sobre los eucaliptos.,
todo lo que mis manos tocan, vuela.
Está lleno de pájaros el mundo.

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