lunes, 5 de enero de 2015

ISAAC SOTO GAMARRA y su cuento "La despedida"

Escritor Isaac Soto Gamarra

Enrique, cariñosamente llamado “Kike” por sus amigos, iba a cumplir sus sueños. El sueño americano. Siempre había deseado salir del país a mejores destinos, como si los destinos tendríamos que encontrarlos en el mercado o en la feria dominical. Cuando más bien el destino es el que nos encuentra.
En buena parte, Kike (para sus amigos), no quería perder la oportunidad  de viajar a los yunaites estais,  esa era la expresión coloquial que usaba para conversar  con sus amigos. De hecho se refería a los Estados Unidos de Norteamérica. La mayoría de sus amigos lo miraba hasta con envidia, por la gran suerte  que iba a tener viajando al país  más desarrollado del mundo. Aunque todavía hay por ahí uno que otro de sus compañeros que le decía: allí lo único que vas hacer es servir de muchacho a los gringos, esos en principio  son racistas y te van explotar y humillar, pero nada de estos comentarios hacía retroceder la decisión que había tomado Kike.

Incluso su padre sacaba pecho por su hijo y comentaba con sus amigos que ahora mejorara su raza porque seguro que su hijo se iba a casar con una gringa. De antemano para que logre este propósito se había prestado cinco mil dólares del banco, seguro de su hijo, iba a llegar al lugar donde llovían los dólares. En tanto, su madre como toda madre, lloraba porque su adorado hijo se marchaba lejos, para sufrir.
Finalmente, los amigos de Kike que estaban de acuerdo en que viaje y los que comentaban en contra, organizaron la fiesta de despedida, un día antes del esperado y soñado viaje.
Casi la mayoría de los compañeros de su promoción y sus amigos de barrio, con quienes Enrique, compartió desde la niñez decenas de aventuras estaban presentes, uno que otro decía que no se olviden de ellos, algunos le pedían que los jale al país de las maravillas, porque estaban cansados del atraso de nuestro país, un país del tercer mundo, según los analistas políticos y los mismos políticos que  se llenan la boca declarando todos los días que nuestra nación es pobre, que no hay riqueza, cuando ellos se llenan los bolsillos con  toda la riqueza que tenemos. No faltó por ahí alguien que tomando coraje con los tragos que tomaban, empezó a vociferar que  sólo los cobardes huyen del país, a servir a los Kára wallpas, que en buen romance significa piel de gallina.    
Todos se carcajearon ante tal ocurrencia y siguieron brindando por el viajero.
Quien había levantado su voz de protesta era el rolanducha, un muchacho rebelde e inconforme con el sistema político y económico que se vive en el país, incluso polemizaba con sus profesores sobre la historia  de engaños que se estudia en esta materia, algunos lo tomaban hasta por tuco. Pero sus ideas no eran tan radicales, solo que no era conformista.
Con el viajero Kike habían discutido muchas veces sobre estos temas, en buena cuenta rolanducha tenía ideas izquierdistas, en tanto, Enrique era de derecha y ponía como ejemplo de país desarrollado y democrático a los Estados Unidos. Llegaban a discusiones acaloradas al punto de quererse agarrar a golpes. Y ese momento había llegado porque en un descuido  de todos los presentes, Kike y el rolanducha se enfrascaron en una pelea. La reunión se dividió prácticamente en dos bandos. Kike gritaba que  esta despedida iba a ser con todo y le iba a sacar la michi a ese huevón del rolanducha. Las botellas, los vasos, las sillas y todo objeto volaban por los aires, hasta que llegó la policía y todos salieron volando.

Uno de los chicos había quedado herido y sangraba. Era del bando de Kike, lo llevaron de emergencia al hospital. Kike en su borrachera: eufórico y rabioso subió al cuarto piso asomándose peligrosamente a la baranda, gritando y pidiendo asistencia médica para su amigo, en un descuido le venció el cuerpo y cayó pesadamente desde el cuarto piso, muriendo en el acto, él y sus sueños.

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