lunes, 8 de octubre de 2012

ANTONIO CISNEROS, NO HA MUERTO...


     "¡Antonio Cisneros, no ha muerto, vive en los corazones de los hombres que leen su poesía!". Todos los peruanos debemos valorizar su gran hermosa obra poética que nos ha dejado el inmortal vate peruano. Él fue un incansable obrero de la palabra que supo trabajar con el perfil bajo, sin buscar que su nombre brillara en los medios de comunicación masiva. Él no necesitó la publicidad para ser grande como  César  Vallejo, Pablo Neruda, T.S. Elliot. Su obra poética es el mejor testimonio de su incomensurable grandeza artística y humana.
     Lo conocí en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Lo frecuenté y nos hicimos  amigos porque la poesía nos unió. Conversábamos mucho  de poesía y también de política. Su voz se ponía melancólica cuando  me decía que no se valoraba el trabajo de los poetas en el Perú y, eso le causaba mucho dolor en su corazón de poeta. Era un hombre muy sensible y sufría mucho por los problemas sociales que vivía el país: el desempleo, el hambre y la violencia. Él siempre solía contar una anécdota personal en las tertulias literarias y en las conferencias magistrales que hacía sobre literatura: "Un día fui a una reunión social muy importante y los invitados querían saber quién era quién y a qué se dedicaban. Entonces comenzaron a presentarse uno a uno diciendo su nombre y apellidos y cuando decía uno de ellos que era médico, todos los invitados le felicitaban y aplaudían; otro decía que era abogado, general, empresario, notario público; y los aplausos y felicitaciones se hacían escuchar en todo el salón. Cuando me tocó mi turno me presenté diciendo mi nombre y apellidos: pero uno de los invitados me preguntó a boca de jarro qué profesión ejercía y yo respondí "Soy poeta". El hombre  volvió a preguntarme "¿Pero qué haces?". El vate nos daba a entender con esta anécdota que las personas piensan que ser poeta en el Perú es el oficio más denigrante que existe y esa realidad le afectaba mucho. Jorge Luis Borges decía que cualquiera es periodista, médico o abogado; pero cualquiera no es poeta. Para Borges, el poeta es el que habla con el lenguaje de los dioses del Olimpo.
     La producción poética de Cisneros es fecunda y ha enriquecido la literatura peruana e hispanoamericana: "Desierto", 1961; "David", 1962; "Comentarios reales", 1964; "Canto ceremonial contra un oso hormiguero", 1968; "Agua que has de beber", 1971; "Como higuera en un campo de golf", 1972; "El libro de Dios y de los húngaros", 1978; "Crónicas del Niño Jesús de Chilca", 1981; "Monólogo de la casta Susana y otros poemas", 1986; "Por la noche los gatos", 1988; "Las inmensas preguntas", 1992; "Poesía reunida", 1996; "Como un carbón prendido entre la laboriosa", 2007; "Un crucero a las islas Galápagos", 2007; "A cada quien su animal", 2008; "El caballo sin libertador", 2009.
     La trayectoria literaria de Antonio Cisneros fue intensa y laboriosa. En su haber tiene varios premios nacionales e internacionales: Premio Nacional de Poesía, Perú, 1965; Premio de Poesía, "Casa de las Américas", Cuba, 1968; Premio de Poesía, "Rubén Darío", 1980; Premio de Poesía "Gabriela Mistral", 2000 y Premio Iberoamericano de Poesía "Pablo Neruda", Chile, 2010. 
     Antonio Cisneros, el gigante de la poesía peruana e hispanoamerica, nos dejó para siempre el 6 de octubre del 2012. El escritor Fernando Ampuero ha escrito con certeza "Con él se va la intensidad y la  locura de los  años sesenta, plena de imágenes e ironías: con él se va una clara e inimitable manera de escribir poesía".
                                                                                                     
                                                                                    (Rafael Alvarado Castillo)    

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