lunes, 28 de marzo de 2016

OROVILCA, José María Arguedas. Resumen.

Orovilca es una ciudad situada en el valle de Ica, rodeado por sus hermosos animales, así como Chaucato, Chihuillu, guardacaballos, y los zorzales , visitado por los campesinos todos los días, quienes orgullosos trabajan acompañados por sus silbidos de estos hermosos pajarillos, un día el pájaro Chaucato lanzaba unos silbidos por haber visto a una víbora en el suelo, era la alerta que ponía a los campesinos a través de sus silbidos, ellos corrían y echaban a buscar a la serpiente, hasta que  lo encontraban  y lo golpeaban con palos, machetes, hasta dejarlo en pedazos.

Salcedo hijo de uno de los comuneros, era un joven distinguido, que ha regresado de la ciudad, estudiante que le gustaba resolver problemas de física y también de historia y geografía, era un joven muy aplicado al estudio; Salcedo acostumbraba irse  bañar a la laguna de Orovilca, que era la más lejana. Los días domingos por la tarde en la primavera, acompañado de su amigo. Caminaba por medio de chacras, porque no había en esa época carretera que llegara al sitio indicado, llevando un sandilla en el hombro caminaba y no se cansaba al igual que los demás campesinos, llegó a la laguna y sentándose a la orilla, cortó la sandía en dos pedazos, compartió con su amigo, empezó a saborear, contento y alegre contemplaba el agua al cantar de los pájaros, y decía Orovilca, es el único valle de Sudamérica que caminaron los dromedarios y camellos de África.

Wilster es un alumno extrovertido, amante al deporte, aficionado del canto y la música,  que nunca ha salido de su pueblo y cuando salcedo ha regresado a su tierra natal, wilster siente envidia por su comportamiento de salcedo, porque demostraba su educación frente a los demás; Salcedo al sentir rechazo de Wilster le reta a una pelea.  Se agarran a golpes en el corral de silos del colegio, sin que nadie les defienda, solamente Gómez está presente, para luego echar llaves las puertas, para que ninguno se corra. Salcedo  terminó roto la nariz y dejó Orovilca, su desierto donde frecuentaba bañarse  y se marcha para nunca más volver.

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