viernes, 21 de enero de 2011

El vuelo light de Rafael Alvarado Castillo

El vuelo light de Rafael Alvarado Castillo
Entrevista del diario “La Industria” de Trujillo
El Águila, la historia de un triunfador. En la portada, un ave rapaz vuela imponente sobre una montaña verde en cuyas faldas corre un río caudaloso. Una frase impresa en la parte inferior de la cubierta nos da mayores luces sobre la obra: Una novela de superación personal para alcanzar el éxito.
“Es el libro que me ha dado las mayores satisfacciones económicas”, dice pausadamente Rafael Alvarado Castillo, autor del libro, quien parece ser la antítesis de su libro: tiene la mirada lánguida, el rostro cansado, habla pausadamente y su vestimenta, no parece ser precisamente la de un lord inglés.
Pero no se equivoque. Rafael Alvarado asegura que este libro, al que se apura en calificar de light, le ha permitido sobrevivir en estos tiempos de incertidumbre económica, pandemias y revueltas sociales. Es más, confiesa que la obra fue una especie de tabla de salvación en un momento de su vida, en el que todo parecía desmoronarse a su paso.
Uno de los indicadores del éxito de El Águila es que la obra ha tenido gran acogida en los colegios de Lima. A los chicos les encanta, sostiene. Es una más de esa ingente cantidad de obras de autoyuda entre los que se encuentran El Delfín, Quién se comió mi queso, El alquimista y un largo etcétera. Alvarado Castillo no lo niega y, por el contrario, asiente que ha bebido de estas fuentes para crear su propia versión del peruanísimo sí se puede.
El escritor se toma su triunfo con soda. Dice que en realidad su obra no es literatura, si por ésta se entiende las obras ‘serias’ de Mario Vargas Llosa, Gabriel García Márquez o Julio Cortazar. Que a lo mucho escribirá un libro más de este género, pero que lo suyo es la gran literatura.
Para entender la literatura
De hecho, Rafael Alvarado Castillo ha escrito al menos ocho textos de análisis de obras literarias tanto para secundaria como para el nivel superior. Además, según figura en la contraportada de su libro, ganó el Premio Internacional de Cuentos Jorge Luis Borges, organizado por la Universidad Autónoma de México en 1993.
También ha escrito una voluminosa novela de más de 400 páginas, aún inédita, que piensa publicar en breve. Se denomina Mamá Sabina, un libro que rinde homenaje a su madre, “una chola piurana que supo sacar profesionales a sus cinco hijos”.
Allí están plasmados los recuerdos de la infancia. Los días luminosos y grises de su infancia en Surquillo, un barrio populoso donde tuvo que aprender a pelear para poder ser mirado con respeto.
Luego vendrían sus estudios en literatura en San Marcos, donde dejó atrás las pendencias y más bien cultivó su espíritu crítico y descubrió el fuego de la ficción.
En ese sentido, una de sus grandes preocupaciones es revalorar a los poetas que han sido marginados, quizá por el centralismo cultural que impera en el país. Su proyecto se titula La poesía silenciada, una antología donde piensa publicar a los líridas marginados de los compendios oficiales. “Respeto mucho a Ricardo Gonzales Vigil, es un crítico muy importante de la literatura peruana, pero no ha considerado en sus antologías a poetas que debieron estar allí y eso es lamentable”, dice.
Tanto es su convencimiento por su trabajo literario, cuenta, que abandonó todo por el oficio de escritor, una actividad que generalmente está lleno de sacrificios, pero que él está dispuesto a sobrellevar. “Los que asumimos el oficio de escritor, ya sabemos a lo que nos atenemos: hay mucha indiferencia, pero no miramos las consecuencias, simplemente seguimos trabajando como el caso del poeta Rogelio Gallardo, que murió en el olvido y en la miseria”, refiere.

2 comentarios: