viernes, 13 de septiembre de 2013

EUSEBIO MIRANDA, EL POETA DEL AMOR Y LA BELLEZA



Poeta y escritor Eusebio Miranda Pena    

     El poeta y escritor Eusebio Miranda Peña, nos sorprende con un nuevo libro de poesía “Sonetos para soñar”  que contiene treintisiete  poemas bien elaborados literariamente.
     Los sonetos de la obra tienen el perfumen de la poesía de Bécquer, Byron, Espronceda y del genial Francisco de Petrarca, el maestro del Soneto. La pluma poética de Miranda es pictórica y deslumbrante. Los treintisiete sonetos se caracterizan por ser impecables en su aspecto formal y en su estructura.  La madurez lírica del poeta laureado es notoria ya que en su escritura se puede notar un nivel altamente poético. El vate para escribir “Sonetos para soñar” demostró categóricamente que tiene un gran  dominio en el manejo del lenguaje y así como también en el uso sutil  de los recursos literarios.
     Al leer la obra de Eusebio Miranda pude descubrir con asombro una sencillez poética al estilo de Francisco de Petrarca. La metáfora, el símil, la imagen, el animismo, la personificación y otros recursos literarios no abundan exageradamente en la obra, sino más bien  escasea porque el autor lo dosifica con mucha sutileza y sabiduría tal como lo hacen los grandes poetas.
     La poesía mirandense tiene un fondo filosófico y está alejada de la poesía bulliciosa, rimbombante y grandilocuente de Chocano; pero se acerca a los versos cargados de amor y de ternura del poeta mayor Carlos Augusto Salaverry, padre del romanticismo peruano. Los colores de los versos de Miranda se combinan celestialmente y mueven arrojando un efecto vibrante y  resplandeciente impactando sobremanera al  buen lector.
     Los delicados y tiernos sonetos  se deslizan dulcemente, por toda la obra poética de Eusebio Miranda, resplandeciente de frescura y de belleza. Es un libro de poesía que invita a una profunda reflexión.
     “Sonetos para soñar” se caracteriza también por sus diversos y coloridos temas: el amor, la esperanza, la dulzura, la ternura, la fraternidad y la belleza, entre otras. El poeta enamorado da rienda suelta a su imaginación cuando se refiera a la belleza de la mujer: “Eres bella entre mis versos y salmos / con tu figura de una diosa esbelta / y tu alma de una sirena delta; / donde de sol a sol vivimos. (…) Eres la luz escarlata del lucero / que cada mañana me encamina / a esbozar la balada que me anima / a persistir en mi propio lucero. (…) Eres belleza del vergel eterno /  que hace renacer las sombras del campo / lejos de  locas venas del averno.” Sigue el vate ensalzando a la mujer en otro poema “Tu mirada”: “Tus ojitos lindos de luz divina / tus labios rojos de diosa Atenea; / son laureles perpetuos de tu anea / como el vuelo diagonal de Gavina. (…) Tu mirada celestial de diamante / me escoltará hasta mis ciclos añejos / para soñar, lo eterno de quererte.” En el poema “El amor” nos deslumbras con palabras inusuales y sublimes: “¡El amor es el silencio que se viste / de rosas de olor impecable / y con jazmines de alma perdurable; / por bondad divina que no se resiste! (…) ¡El amor es el sueño del verano / es el capullo del jardín florido, / y es el la música diaria del soprano”. A través de la lectura del libro encontraremos bellos sonetos de la pluma del gran poeta ancashino.
     La producción poética de Eusebio Miranda es rica y fructífera tanto en el aspecto formal así como también en el aspecto de fondo. Sus obras de poesía son: Tinta roja, Cantos inmortales, Amor y vida, Poemas a la Paz,  Tiempos de maestro, Para soñar despiertos, Pinceladas literarias, Brisas de otoño, Cantos a la vida y Sonetos para soñar. Miranda es un obrero incansable de la palabra que trabaja silenciosamente con el perfil bajo y con suma humildad.
     El bardo Eusebio Miranda tiene en su haber varios premios literarios, que son frutos de su incansable labor literaria. Sus poemas han sido incluidos en la “Antología a Nivel Latinoamericana en Ontolírica del Canto, Maribelina, 2000, Lima, Perú)
                                           Rafael Alvarado Castillo
Lima, 22 de agosto de 2013.

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