GERARDO ARENAZA OLIVARES
Abogado
de profesión y sobre todo poeta. Integró la Comisión Organizadora del I
Congreso Nacional de Poetas, UNMSM, 1985.
TARDE
SABÁTICA
Este año no debió empezar lo nuestro.
Las hojas secas que cayeron
Desamparadas al frío suelo
Volvieron a nacer
De cuatro o cinco arbolitos
Que sembró una mañana invernal
Mi hermano menor Danilo.
Lo nuestro empezó absurdamente
cumplió su deber el embajador
pero estaba equivocado.
No nos amábamos
nunca lo haremos
mujer serpiente
mujer en la mujer
algo repelente aflora- cuando estamos cerca
uno del otro
y la única vez:
Aquella tarde sabática
tres minutos tres
pudimos estar juntos.
Mejor para los dos
aunque algo duéleme en el pecho
de pájaro con que nací
tal vez una angina
y no dolor de soledad.
Así lo espero ahorita
que almuerzo frugalmente
mientras escribo de nosotros
los últimos copuladores
de la ciudad de San Marcos.
Ah! Nuestro Jardín primaveral
regábamos a diario :
tú con tus
líquidos
de fin de mes
y yo con mi semen juvenil.
El noticiero a lo lejos díseme
la hora de partir a mi habitación
dejar de soñarte: sanmarquina mía
con los ojos abiertos
mirando el techo de mi Estudio
y cambio
mi pensamiento
por el primer libro
de Douglas Hamilton.
ATRAPADO
Somos los héroes
de nuestra propia Historia.
Dudley More.
Estoy como otros
otoños e inviernos
"atrapado sin salida"
en
"El Siglo de las Luces"
y con George D. Painter
. y su famosa
biografía
con Isaac
Goidemberg
y su
Jacobo Lerner
y como no
"la fiesta del chivo"
y con
Lezama Lima.
No hay tiempo
y leer es escapar
de estos
días miserables
de las
torres gemelas
y Osama
Bin Laden
de
Afganistán
o Saddam Husseim
y la Argentina
de Diciembre
con 25 muertos
y nuevo Presidente.
Es cual mordida de perros
rabiosos
que no podemos evitar
o envestidas de jóvenes Toros
capados con viejas hojas de afeitar.
Así no soporto ni Aztiram:
solamente a mis libros
esos amigos silenciosos
con quienes conversamos los poetas.
Ellos acompáñanme:
ya no me "'digan por quién doblan
las campanas"
ellas doblan por nuestro Cardenal.
POEMA Y OLVIDO
Estamos en guerra
silenciosa
por sólo pedirle una cosa.
Ustedes compréndanme.
Cuando estoy disponible
de mi trabajo de estibador
en el puerto más lejos del mundo
en el ombligo de la Tierra
por la ventana del hogar
me acerco para verla llegar o salir.
Pero ya nada conmuéveme
en la ciudad que amo y odio.
Ni la soledad de los fabulosos grillos
ni alegría de los jóvenes
ni mi rostro reflejado
en la luna posterior
de mi Mazda marrón: dos puertas
Sport automático año 2,000.
Ya nada sosiégame
salvo escribir de ella y otras mujeres
silenciosas y de dudosa reputación.
Nuestro silencio es
absoluto
no más cartas diariamente
no más llamadas largas
no más mensajero.
y no hay sacerdote para
lo nuestro
y me pregunto en estos instantes
¿Cuánto tiempo dudará la distancia?
A lo mejor toda la vida no nos veremos
y lo mejor de los dos empezó
cuando nos separamos con un abrazo
a velorio : velábamos nuestra separación.
Ya no sé cuánto sin ella duraré...
Pero alguien podría
decirme a mí
¿Quién es ella?
Como Nicolás Guillen contestó
a unos versos de Gustavo Adolfo
Y la verdad que estoy
en "diálogos con los muertos"
con Luciano de Somosata
y por ello no sé ya
quién es ella. Quince
años no nos vemos….
CUANDO
OIGO DEL ZAGAL SUS YARAVÍES
Cuando
oigo del zagal sus yaravíes
recuerdo
a Danilo, mi hermano menor,
una
noche como ésta, empedrada
de
lupanares y embestida de placidez
se
marchó silencioso
como
todos los niños
que
visten el uniforme voluntario.
Cuando
oigo del zagal sus yaravíes
me
vuelvo un gayo bibrón
y río como mi hermano menor
y percibo Jauja y a él con nosotros.
Cuando
oigo del zorzal sus yaravíes
esta
noche nuestra, hermana,
lloro
y soy como Danilo, mi hermano menor…
pero
sólo tú, compañera, me comprendes…
También
yo te he visto triste
con
el dulce llanto de los niños
una
noche como ésta, empedrada
de
lupanares y embestida de placidez…
HABLAR
DE TI
Hablar
de ti
es
transformar el invierno en primavera
es
recordar los regulares buenos días,
las
contadas buenas tardes o las
inenarrables
malas
noches de mi azarosa vida.
Hablar
de ti
es
contemplar anonadado la bahía de Paracas
en
noviembre - diciembre, es amar
lo
más fatuo de los Diccionarios:
Las
académicas.
Hablar
de ti
es
sentirme Gerardo – Gaviota
para
anidarme a tu aro de mujer.
Hablar
de ti
es
vivir en una arboleda rodeada de Gardenias
Aromas
y Amapolas donde te rezo mi Rosario
con
un sin número de ancianos
monjas
y niños huérfanos
para
que los bendigas con tu sonrisa.
Hablar
de ti
es
atesorar los dos polos equidistantes
de
la vida.
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