sábado, 21 de enero de 2012

POETA GIGANTE DE LA POESÍA TRUJILLANA: ROGELIO GALLARDO BOCANEGRA



    El poeta Rogelio Gallardo Bocanegra vio la luz de la ciudad cálida de Trujillo  en 1927. Es una de la voces más vigorosas y representativas, no solamente de la poesía trujillana, sino de la poesía peruana. Su poética tiene una gran influencia vallejiana por su inconmensurable contenido humano y por su exquisita escritura llena de imágenes, metáforas y recursos literarios que le dan un alto nivel poético. Gallardo fue un hombre honorable que asumió su oficio de poeta con humildad vallejiana, con responsabilidad y sacrificio; a pesar de su miseria material, gozó de una rica expresividad poética. Poeta de un lenguaje refinado y sin adornos retóricos tradicionales, supo sobrevivir ante la gran indiferencia de los intelectuales y los poetas  trujillanos que jamás lo comprendieron en vida; pero él se mantuvo firme saboreando su pobreza y escribiendo los poemas con su pluma magistral y su corazón inmensamente humano.
   Lo conocí el 15 de abril 1982, cuando asistí al homenaje a César
Vallejo, el  poeta universal,  que le hizo la Universidad Nacional de Trujillo. El poeta Gallardo dio una magistral disertación sobre la obra poética de Vallejo dejando  la boca abierta  del público asistente. Todos quedamos emocionados por las palabras que salieron de su boca  y de su corazón del vate trujillano que logró transmitirnos el dolor que sintió Vallejo por la humanidad  y que está plasmado artísticamente en sus poemas inmortales. Ese mismo día nos hicimos amigos y después me habló de su triste vida de poeta. Cada día que nos veíamos conversábamos sobre poesía. Amó mucho el arte poético. Él siempre solía decirme "Sólo el día que muera dejaré de escribir poesía". Para él la poesía era su pasión y la razón de su existir.  Lo frecuenté y muchas veces me leyó sus poemas inéditos y yo  también le leí mis poemas. El poeta sufrió mucho porque no podía publicar sus poemas y eso le provocó un  inmenso dolor en su corazón. La poesía nos unió. Yo le admiré y le sigo admirando más que antes como persona y  como un incansable obrero de la palabra.  Él siempre se quejaba con una voz melancólica que  en el  Perú no se valora a los poetas y menos se lee poesía; pero que  él se sentía inmensamente  feliz de ser poeta.    
     Rogelio Gallardo Bocanegra fue un poeta que se adelantó a su tiempo, porque jamás lo comprendieron lo que escribió con mucho amor y dolor. Él solamente nos dejó su obra poética y todos los peruanos debemos leerla y valorarla,  sólo así nos daremos cuenta el por qué de la grandiosidad del verbo del gigante de poesía trujillana.

Lima, 16 de abril de 2012.  Rafael Alvarado Castillo

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