SURQUILLO DE MIS AMORES

     Yo nací en  Surquillo. Allí pasé la niñez, la adolescencia y gran parte de mi juventud. Estudié la primaria en la Escuela Fiscal de Menores N° 58 "San Diego". Viví en un corralón de la sexta cuadra de la calle Manuel Gónzales Prada, donde vivieron como cuarenta familias de todas las sangres. El inmenso corralón fue como una especie de ciudadela que solo tuvo un caño, donde las peleas entre los vecinos era el pan de cada día. La violencia era el lenguaje que todos hablaban. En aquella época de mi adolescencia en Surquillo, "Chicago Chico", la banda de la Metralleta liderado por Jorge Sifuentes "Caman Baby"  y sus integrantes Guillermo Portugal "La Gringa", "Oso Taype", "Gallina" Valle y Pitillo Cortez así como también la  Banda de "Los Retacos" tiñeron de sangre las páginas de los periódicos de la capital. Eran tiempos de violencia que sembraron los delincuentes surquillanos, asaltando los bancos y asesinando a valerosos policías. Los muchachos de mi época convivimos con la violencia tanto en la escuela como en el barrio. Los jóvenes no tenían modelos de liderazgo que imitar. Pero no todo era malo para mí, pues pasé  los momentos más felices con mi familia. Mi madre Estela Sabina amó mucho a  sus seis hijos y nos dio valores morales y espirituales que nos sirvió para seguir transitando en un mundo donde imperaba la violencia, la delincuencia y la pérdida de valores. Mi madre que en paz descanse fue mi guía y mi héroe. Ella logró cristalizar su sueño más grande: que todos sus hijos sean profesionales. Recientemente acabo de publicar mi última novela "Mamá Sabina" en homenaje a la que me dio la vida.
    En Surquillo vivieron muchos boxeadores de renombres, entre ellos: Mauro Mina que vivió muchísimos años en Surquillo y lo consideró su segunda tierra. Mina, "El Bombadero de Chincha", formó boxísticamente a muchos jóvenes surquillanos alejándolos de la delincuencia. Él fue amigo de mi padre y yo lo conocí personalmente y le frecuenté en su gimnasio "Los Paujiles" en la Av. Los Negocios en Surquillo. El Campeón Sudamericano de peso de semi-pesado fue muy amigo de los jóvenes, a quienes les aconsejó que siguieran el camino de la honradez y el trabajo.
     Otro de los famosos boxeadores Roberto Dávila, el grandazo de Surquillo, vivió en la cuadra cinco de Gónzales Prada, o sea a la siguiente cuadra donde yo viví. El Campeón Sudamericano de peso Pesados fue diferente al maestro Mauro Mina. Él no aconsejó a los jóvenes cosas positivas, sino decía que la pelea de los puños era cosa de machos. Para él todo fue pelea y nada más que pelea. Cuando había pelea por su barrio, allí estaba presente motivando a que los jóvenes se agarrasen a puño limpio. Roberto Dávila no fue un modelo para los jóvenes ya que estuvo metido en drogas y alcohol. Después  estuvo en la cárcel por asesinar a un hombre a fierrazos. Posteriormente él también murió asesinado.
     También vivieron en Surquillo otros boxeadores: Oscar Rivadeneyra,  Willy de la Cruz, Carlos Anchante,  Fridolino Vilca, Carlos Peñaloza y Marcelo "Chelo" Quiñonez, Campeón Sudamericano de los Medios Pesados, que vive hasta ahora en la calle Dante y que está a la vuelta de la esquina de la sexta cuadra de Gónzales Prada, donde viví.
    Por aquella época de la fiebre de los puños fue contagiante en los muchachos pendencieros. Los jóvenes creían que el cruzar los puños con otros y hacer la pelea callejera, era una manera de mostrar ser bien machito. Por eso, a Surquillo le llamaron "El barrio de las broncas". Cuando se daban las famosas peleas callejeras en el barrio, todos grandes y chicos se daban cita para presenciarlas. Bueno, tarde o temprano los jóvenes  participaron activamente en las peleas y terminaron con la nariz rota, los dientes fuera de su sitio, los ojos hinchados o el cuerpo dañado por los golpes recibidos. Así, muchos jóvenes surquillanos y yo aprendimos la  pelea callejera. Los jóvenes de entonces arreglábamos los problemas no con palabras, sino con los puños. Al final de todo esto, terminé por iniciar mis estudios universitarios y eligiendo la literatura como una forma de vida. Alejándome de esta manera de las peleas. Qué triste realidad de aquella época delirante de los puños y de las peleas bulliciosas que dejaron a muchos machitos mal parados.
     En Surquillo vivieron los futbolistas: Carlos Moscoso, capitán de la Primera Selección Peruana de Fútbol; Miguelito Loayza, que jugó en el fútbol argentino; José "Chicha" Moscoso,  que destacó en Universitario de Deportes; Víctor Calatayud, jugador de la Selección Peruana y de Universitario de Deportes; Luis "Caricho" Guzmán, jugó en la Salección Peruana y Julio Meléndez que fue futbolista del Boca  Junior y que vivió en la sexta cuadra de la calle San Agustín; entre otros. También fueron vecinos los poetas Reynaldo Naranjo, Eloy Jaurégui y Leonidas Yerovi; los pintores Luis Fernández Prada, Juan Quispe Francia y Martha Morales Alejo.
      Los vecinos ilustres de Surquillo de la Política Peruana fueron: el  doctor Luis Bedoya Reyes, ex-presidente del Partido Popular Cristiano, ex-alcalde de Lima y ex-candidato a la Presidencia de la República; el doctor Ernesto Alayza Grundy, ex-senador de la  República; Sandro Mariátegui, hijo mayor de José Carlos Mariátegui, ex-Senador de la República y propietario de la librería Minerva.
    Jamás podré olvidar los cines que frecuenté para ver las películas mexicanas y las de Coboys: Leoncio Prada, Maximil, Primavera, Surquillo y Miraflores. También recuerdo "El Tobara", donde se podía amanecer chupando como bueno; "El silletazo" donde los borrachos se tiraban entre ellos las sillas; la parroquia San Vicente de Paul, donde hice la Primera Comunión. Son tantos los lugares de  Surquillo de mis amores, que los tengo bien metidos en mi cabeza y en mi corazón. En algún momento novelaré mi vida en la tierra que me vio nacer.

                                                Rafael Alvarado Castillo


Lima, 16 de agosto de 2012.