jueves, 21 de junio de 2012

"WARMA KUYAY", cuento completo, Y SU FICHA DE LECTURA


“WARMA KUYAY” 

(Amor de niño)
     Noche de luna en la quebrada de Viseca.
Pobre palomita, por donde has venido, buscando la arena, por Dios, por los suelos.
     -¡Justina! ¡Ay, Justina!
     En un terso lago canta la gaviota, memorias me deja de gratos recuerdos.
     -¡Justinay,  te pareces a las torcazas de Sauciyok’!
     -¡Déjame, niño, anda donde tus señoritas!
     -¿Y el kutu? ¡Al Kutu le quieres, su cara de sapo te gusta!
     -¡Déjame, niño Ernesto! Feo, pero soy buen laceador de vaquellas y hago temblar a los novillos de cada zurriago. Por eso Justina me quiere.
     La cholita se rió, mirando al Kutu; sus ojos chispeantes como dos luceros.
     -¡Ay Justinacha!
     -¡Zonzo, niño zonzo! –habló Gregoria, la cocinera.
     Caledonia, Pedrucha, Manuela, Anitacha… soltaron la risa, gritaron a carcajadas.
     -¡Niño zonzo!
     Se agarraron de las manos y empezaron a bailar en ronda, con la musiquita de Julio el charanguero. Se volteaban a ratos, para mirarme, y reían. Yo me quedé fuera del círculo, avergonzado, vencido para siempre.
     Me fui hacia el molino viejo; el blanqueo de la pared parecía moverse, como las nubes que correteaban en las laderas de “Chawala”. Los eucaliptos de la  huerta sonaban  con ruido largo e intenso: sus sombras se tendían hasta el otro lado del río. Llegué al pie del molino, subí a la pared más alta y miré desde allí la cabeza del “Chawala”: el cerro, medio negro, recto, amenazaba caerse sobre los alfalfares de la hacienda. Daba miedo  por las noches; los indios nunca lo miraban a esas horas y en las noches  claras conversaban siempre dando la espalda al cerro.
     -¡Si te cayeras de pecho, tayta “Chawala”, nos moriríamos todos!
     Al medio del Witron  Justina empezó otro canto:
                    Flor de mayo, flor de mayo,
                    flor de mayo, primavera,
                    por qué no te libertaste
                    de esa tu falsa prisionera.
     Los cholos se habían parado en círculo y Justina cantaba al medio. En el patio inmenso, inmóviles sobre el empedrado, los indios se veían como estacas de tender cueros.
     -Ese puntito negro que está al medio de Justina, y yo la quiero, mi corazón tiembla cuando ella se ríe, llora cuando sus ojos miran al Kutu. ¿Por qué, pues, me muero por ese puntito negro?
     Los indios volvieron a zapatear en ronda. El charanguero daba vueltas alrededor del círculo, dando ánimo, gritando como porto enamorado. Una paca-paca empezó a silbar desde un sauce que cabeceaba a la orilla del río; la voz del pájaro maldecido daba miedo. El charanguero corrió hasta el cerco del patio y lanzó pedradas al sauce; todos los cholos le siguieron. Al poco rato el pájaro voló y fue a posarse sobre los duraznales de la huerta; los cholos iban a perseguirle, pero don Froylán apareció en la puerta del Witron.
     -¿Largo! ¡A dormir!
     Los cholos se fueron en tropa hacia la tranca del corral; el Kutu se quedó solo en el patio.
     -¡A ese le quiere!
     Los indios de don Froylán se perdieron en la puerta del caserío de la hacienda y don Froylán entró al patio tras de ellos.
     -¡Niño Ernesto! –llamó el Kutu.
     Me bajé al suelo de un salto y corrí hacia él.
     -Vamos, niño.
     Subimos al callejón por el lavadero de metal que iba desmoronándose en un ángulo del Witrón; sobre el lavadero había un tubo inmenso de fierro y varias ruedas, enmohecidas, que fueron de las minas  del padre de don Froylán.
     Kutu no habó nada hasta llegar a la casa de arriba.
     La hacienda era de don Froylán y de mi tío; y el resto de la gente fueron al escarbe de papas y dormían en la chacra, a dos leguas de la hacienda.
     Subimos las gradas, sin mirarnos siquiera, entramos al corredor, y tendimos allí nuestras camas para dormir alumbrados  por la luna. El Kutu se echó callado; estaba triste y molesto. Yo me senté al lado del cholo.
     -¡Kutu! ¿Te ha despachado Justina?
     -¡Don Froylán le ha abusado, niño Ernesto!
     -¡Mentira, Kutu, mentira!
     -¡Ayer no más le ha forzado; en la toma de agua, cuando fue a bañarse con los niños!
     -¡Mentira, Kutullay,  mentira!
     Me abracé al cuello del cholo. Sentí miedo; mi corazón parecía rajarse, me golpeaba. Empecé a llorar, como si hubiera estado solo, abandonado en esa quebrada oscura.
     -¡Déjate,  niño! Yo, pues, soy “endio”, no puedo con el patrón. Otra vez, cuando seas “abogau”, vas a fregar a don Froylán.
Me levantó como a un becerro tierno y me echó sobre mi catre.
-¡Duérmete, niño! Ahora le voy a hablar a Justina para que te quiera. Te vas a dormir otro día con ella ¿quieres, niño? ¿Acaso? Justina tiene corazón para ti, pero eres muchacho todavía; tienes miedo porque eres niño.
Me arrodillé sobre la cama, miré al “Chawala” que parecía terrible y fúnebre en el silencio de la noche.
-¡Kutu, cuando sea grande voy a matar a don Froylán!
-¡Eso sí, niño Ernesto! ¡Eso sí, mak’tasu!
La voz gruesa del cholo sonó en el corredor como maullido del león  que entraba hasta el caserío en busca de chanchos. Kutu se paró; estaba alegre, como si hubiera tumbado al puma ladrón.
-Mañana llega el patrón. Mejor esta noche vemos a Justina. El patrón seguro te hace dormir en su cuarto. Que se entre la luna para ir.
Su alegría me dio rabia.
-¿Y por qué no matas a don Froylán? Mátale con tu honda, Kutu desde el frente del río, como si fuera puma ladrón.
-¡Sus hijitos, niño!  ¡Son nueve! Pero cuando seas abogau ya estarán grandes.
-¡Mentira, Kutu, mentira! ¡Tienes miedo como mujer!
-No sabes nada niño. ¿Acaso no he visto? Tienes pena de los becerritos, pero a los hombres no los quieres.
-¡Don Froylán! ¡Es malo! ¡Los que tienen hacienda son malos hacen llorar a los indios como tú; se llevan las  vaquitas de los otros, o las matan de hambre en su corral! ¡Kutu, don Froylán es peor que toro bravo! ¡Mátale, no más, Kutucha, aunque sea con galga, en el barranco de Capitana.
-¡Endio no puedes niño! ¡Endio no puede!
¡Era cobarde! Tumbaba a los padrillos cerriles, hacía temblar a los potros, rajaba a látigos el lomo de los aradores, hondeaba desde lejos a las vaquillas de los potros cholos cuando encontraba a los potreros de mi tío, pero era cobarde. ¡Indio perdido!
Lo miré de cerca; su nariz aplastada, sus ojos casi oblicuos, sus labios delgados, ennegrecidos por la coca. ¡A este le quiere! Y ella era bonita, su cara rosada siempre estaba limpia, sus ojos negros quemaban, no era como las otras cholas, sus pestañas eran largas, su boca llamaba al amor y no me dejaba dormir. A los catorce años yo la quería; sus pechitos parecían limones grandes, y me desesperaban. Pero ella era de Kutu, desde tiempo; de este cholo con cara de sapo. Pensaba en eso y mi pena se parecía mucho a la muerte. ¿Y ahora? Don Froylán la había forzado.
-¡Mentira, Kutu! ¡Ella misma, seguro ella misma!
Un chorro de lágrimas saltó de mis ojos. Otra vez el corazón me sacudía, como si tuviera más fuerza que todo mi cuerpo.
-¡Kutu! Mejor la mataremos los dos a ella ¿quieres?
El indio se asustó. Me agarró la frente; estaba húmeda de sudor.
-¡Verdad! Así quieren los mistis.
-Llévame donde Justina, Kutu! Eres mujer, no sirves para ella. ¡Déjala!
-¡Cómo no,  niño, para ti voy a dejar, para ti solito. Mira en Weyrala se está apagando la luna.
Los cerros ennegrecieron rápidamente, las estrellitas saltaron de todas partes del cielo; el viento silbaba en la oscuridad, golpeándose sobre los duraznales y eucaliptos de la huerta; más abajo, en el fondo de la quebrada, el río grande cantaba con voz áspera.
Yo despreciaba al Kutu; sus ojos amarillos, chiquitos, cobardes, me hacían temblar de rabia.
     -¡Indio, muérete mejor. O lárgate a Nazca! ¡Allí te acabará la terciana, te enterrarán como a perro!
     Pero el novillero se agachaba no más, humilde, y se iba al Witron, a los alfalfares, a la huerta de los becerros, y se vengaba en el cuerpo de los animales de don Froylán, al principio yo lo acompañaba. En las noches entrábamos, ocultándonos, al corral; escogíamos los becerros más finos, los más delicados; Kutu se escupía las manos, empuñaba duro el zurriago, y rajaba el lomo a los torillitos. Uno, dos, tres…cien zurriagazos; las crías se retorcían en el suelo, se tumbaban de espaldas, lloraban, y el indio seguía encorvado, feroz. Y yo me sentaba en un rincón y gozaba. Yo gozaba.
     -¡De don Froylán es, no importa! ¡Es de mi enemigo!
     Hablaba en voz alta para engañarme, para tapar el dolor que encogía mis labios e inundaba mi corazón.
     Pero ya en la cama, a solas, una pena negra, invencible, se apoderaba de mi alma, y lloraba dos, tres horas. Hasta que una noche mi corazón se hizo grande, se hinchó. El llorar no bastaba; me vencían la desesperación y el arrepentimiento. Salté de la cama, descalzo, corrí hasta la puerta; despacito abrí el cerrojo y pasé al corredor. La luna ya había salido; su luz blanca bañaba la quebrada; los árboles rectos, silenciosos, estiraban sus brazos al cielo. De dos saltos bajé al corredor y atravesé corriendo el callejón empedrado, salté la pared del corral y llegué junto a los becerritos. Ahí estaba “Zarinacha”, la víctima de esa noche, echadita sobre la bosta seca con el hocico en el suelo ; parecía desmayada; me abracé a su cuello; la besé mil veces en su boca con olor a leche fresca, en sus ojos negros y grandes.
     -¡Ninacha, perdóname! ¡Perdóname, mamaya!
Junté mis manos y, de rodillas, me humillé ante ella.
-Ese perdido ha sido, hermanita, yo no. ¡Ese Kutu, canalla, indio perro!
La sal de las lágrimas siguió amargándome largo rato.
Zarinacha me miraba seria, con su mirada humilde, dulce.
-¡Yo te quiero, ninacha; yo te quiero! Y una ternura sin igual, pura, dulce, como la luz en esa quebrada madre, alumbró mi vida.
A la mañana siguiente encontré al indio en el alfalfar de Capitana. El cielo estaba limpio y alegre, los campos verdes llenos de frescura. El Kutu ya se iba, tempranito a buscar “daños” (9) en los potreros de mi tío, para ensañarme contra ellos.
-Kutu vete de aquí . En Visecas ya no sirves. Los comuneros se ríen porque eres maula.
Sus ojos opacos me miraron con cierto miedo.
-¡Asesino también eres, Kutu! ¡Un becerrito es como una criatura. ¡Ya en Viseca no sirves, indio!
-¿Yo no más, acaso? Tú también. Pero mírale al tayta Chawala: diez días más atrás me voy a ir.
Resentido, penoso como nunca, se largó a galope en el bayo de mi tío.
Dos semanas después, Kutu pidió licencia y se fue. Mi tía lloró por él, como si hubiera perdido un hijo. Kutu tenía sangre de mujer; le temblaba a don Froylán, casi a todos los hombres les temía. Le quitaron su mujer y se fue a ocultar después en los pueblos del interior, mezclándose con las comunidades de Sondando; Chacrilla … ¡Eres cobarde!
Yo sólo me quedé junto a don Froylán , pero cerca de Justina, de mi Justinacha ingrata. Yo no fui desgraciado. A la orilla de ese río espumoso, oyendo el canto de las torcazas  y de las tuyas , yo vivía sin esperanzas; pero ella estaba bajo el mismo cielo que yo, en esa misma quebrada que fue mi nido; contemplando sus ojos negros oyendo su risa, mirándola desde lejitos, era casi feliz, porque mi amor por Justina fue un “Warma kuyay” y yo creía tener derecho todavía sobre ella; sabía que tendría que ser de otro, de un hombre grande, que manejara ya zurriago, que echara ajos roncos y peleara a látigos en los carnavales.
Y como amaba a los animales, las fiestas indias, las cosechas, las siembras con  música y jarawi, vivía alegre en esa quebrada verde y llena de calor amoroso del sol. Hasta que un día me arrancaron de mi querencia para traerme a este bullicio, donde gentes que no quiero, que no comprendo.
El Kutu en un extremo y yo en otro. Él quizá habrá olvidado: está en su elemento, en un pueblecito tranquilo, aunque maula, será el mejor amansador de potrancas, y le respetarán los comuneros. Mientras yo, aquí vivo amargado y pálido, como un animal de los llanos fríos, llevado a la orilla del mar, sobre los arenales candentes y extraños.
                                                            (José María Arguedas) 
                                        

FICHA DE LECTURA
(Modelo)
I.- ANÁLISIS  LITERARIO
a.-Obra:       Warma  Kuyay              b.-Autor:      José María Arguedas
c.-Género literario:    Narrativo     d.-Especie literaria:         Cuento
e,.Forma  de composición:          Prosa_____
f.-Escuela literaria:     Indigenismo      g.- Época:     Contemporánea
h.- Localización del texto literario: Se encuentra en la obra “Agua”
i.- La estructura de la obra:         Carece de capítulos
j.- Los personajes principales:       El niño Ernesto,  Justina y el Kutu
l.- Los personajes secundarios:  Don Froylán, el charanguero Julio, la Celedonia, la Pedrucha, los becerritos y la Zariacha, entre otros.
ll.- Ambiente:     La hacienda Viseca
m.- Acciones  principales:    El amor de Ernesto por Justina;  la violación de Justina por el hacendado Froylán; la venganza reprimida de  Kutu contra Froylán y al no poder ejecutarlo, lo hace contra los becerritosKutu se aleja cobardemente de la hacienda; el alejamiento del niño Ernesto de la hacienda y de adulto recuerda su warma kuyay con mucha tristeza.
n.- Tiempo:     Pasado   
ll.- Tipos de narrador:  Primera persona (Me fui hacia el molino viejo…); y Tercera persona (omnisciente) (Los indios volvieron a zapatear en ronda…)
m.-Tema central:     El amor del niño Ernesto por Justina
n.- Argumento:  El cuento narra la historia de amor del niño Ernesto por Justina.  El amor que siente el niño por Justina es bello y puro. Ernesto siente celos porque el Kutu es preferido por Justina. Un día el Kutu le confiesa al niño que el patrón Froylán había violadp a su amor imposible y Ernesto se pone furioso por ese hecho. El niño le dice al Kutu que se vengue para limpiar su honor; pero este se acobarda. La historia termina cuando el niño se aleja de la hacienda y de adulto recuerda su warma kuyay con profunda melancolía.

II.- COMPRENSIÓN LECTORA
1.-¿Por qué el cuento se titula “Warma Kuyay”?
2.- Al comienzo del cuento, ¿qué le confiesa el niño  Ernesto a la muchacha Justina?
3.- ¿Qué responde la Justina al niño Ernesto?
4.- ¿Cuál es la labor que desarrolla el Kutu en la hacienda de Viseca?
5.- ¿Qué pensaba Justina del amor del niño Ernesto?
6.- ¿Qué daño le hizo el hacendado Froylán  a la bella Justina?
7.- ¿Por qué Ernesto quiere matar al abusivo Froylan?
8.- ¿Qué concepto tiene el niño Ernesto de los dueños  de hacienda?
9.- ¿Por qué el Kutu no puede vengarse del hacendado Froylán?
10.- ¿Por qué el Kutu azota salvajemente a los becerritos de la hacienda?
11.- ¿Cómo termina el cuento?
VOCABULARIO:
Abusar: violentar sexualmente
barranco: abismo, precipicio
bayo: caballo blanco amarillento
bosta: excremento del ganado
bullicio: ruido fuerte
charanguero: el que toca el charango
chispear: brillar
despachar:  arrojar
 daño: se dice cuando un animal entra  a una chacra ajena
en tropa:  en grupo
estaca: palo con puntada  clavado en la tierra
forzar:  tener sexo a la fuerza
fúnebre: macabro
galga: piedra grande
jarawi:  poema- canción quechua
laceador: el que atrapa  a los animales con un lazo
lucero:  astro luminoso
mak tasu:  joven fuerte
maula: cobarde
misti: señor blanco poderoso
paca-paca:  pájaro de la sierra
quebrada: abismo
querencia: lugar amado
terciana: fiebre
torcaza:  paloma
torillito: becerrito
tuya: árbol de hoja verdes
warma kuyay: amor de niño
witron:  patio grande
zurriago: látigo o azote
zurriagazo: latigazo

                 Lima, 16 de junio de 2012      Rafael  Alvarado Castillo




PROMOCIÓN DE LAS OBRAS DE RAFAEL ALVARADO CASTILLO
Plan lector
Señor (a)  profesor (a): Presento a vuestra consideración  estas  tres  obras para ser leídas en el aula dentro del marco de Plan lector. Aquí un breve argumento de cada uno:

“A C O” (El diario de un niño escolar)

A C O” es una obra autobiográfica de Rafael Alvarado Castillo que narra las vivencias escolares de un niño que cursaba el cuarto año de primaria en el Colegio  fiscal San Diego de Surquillo a fines de la década del 60. Fueron días inolvidables que pasó con sus compañeros del colegio y del barrio. La obra literaria que influyó mucho para escribir “A C O” fue “CORAZÓN” del escritor  italiano Edmundo de Amicis. También la lectura de otras como “Oliver Twist” y “David Cooperfield” de Charles Dickins, “Tom  Saywer” de Mark Twain, y “Mi planta de naranja-Lima” de José Mauro de Vasconcelos, ayudaron al escritor  y contribuyeron a la cristalización de su obra.

 “EL ÁGUILA”

“El águila” es una novela motivadora que trata de darle optimismo, perseverancia y coraje  al lector para que pueda vencer todos los obstáculos que se le presenten en su vida. El optimismo es un elemento vital que todo hombre debe poseer para tener un espíritu de superación. Una persona optimista tiene más posibilidades de alcanzar el éxito que el  hombre pesimista. Esta obra trata la historia de un hombre que quiere cristalizar su sueño más ansiado: ser un famoso escritor. Él lucha incansablemente con sacrificio y con amor para que su sueño se haga realidad.

“EL AMOR MÁS HERMOSO DEL MUNDO”  
               
“El Amor más hermoso del mundo” es una obra que hace reflexionar al hombre que  odia y que el amor va a jugar un papel importante en la vida del hombre.  Martín Benavides es un joven ingeniero  que nunca conoció el amor. Durante su niñez vivió entre la soledad, la indiferencia y la falta de amor. Su padre, un negociante viudo, nunca le dio amor cuando más lo necesitaba. Martín, cuando llegó a ser un joven, su corazón se puso duro como una roca y en su corazón         solamente había espacio para el odio, la avaricia y la venganza. Después, se casó con una bella dama que le dio tres hermosos hijos, a  quienes negó el amor tal como su padre le negó a él. Es una historia triste y llena de dolor, pero con final feliz, ya que de joven Martín descubre el amor más hermoso del mundo que le  cambió su vida y la de su familia.

Informes y pedidos: rafaelalvaradoAC@hotmail.com
Visitanos en: http://wwwelaguila-alvarado.blogspot.com/  

103 comentarios:

  1. gracias por este ensayo por favor quiero que publiques juventud en éxtasis 2 con su análisis

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  2. me sirvio para mi estudio grachessssssssssss

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  3. Antes, GRACIAS me sirvió mucho para mis tareas

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  4. gracias me ayudo mucho con la tarea

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  5. Buena sugerencia para desarrollar el plan lector.

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  6. Gracias. Estoy recién leyendo. Sirve de apoyo

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  7. Muy bueno, gracias...el resumen de las tres obras para el plan lector están interesantes...en que librería las puedo conseguir??? gracias ...

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  8. Buenos datos sobre el cuento Warma Kuyay. Gracias mil.

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  10. Muy buena y me ayudo en mi concurso mil gracis

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  11. solo le falto preguntas literarias e inferenciales y criticas

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  12. Hola me gusto mucho pero cual es la respuesta de la pregunta 2,3,4

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  13. Tiene faltas ortográficas, por favor lo pueden corregir

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  14. Me gusta por que ayudo a mi hilo en su tarea

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  15. a mi me ayudo demasiado
    muchisimas gracias y mil veces
    se los digo

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  16. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  17. Esto es una caca que se vaya al chirzo esta empresa le lata c

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  18. Eso es lo que es esta compañia19@92=:*

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  19. Me ayudó mucho y no necesito comprar un libro

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  20. POR QUE EL NIÑO ENESTO DICE WUE LA JUSTINA ES UN PUNTITO NEGRO

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  21. Cual son las palabras que estan en quechua

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  22. Me pasan las repuestas🤨😭😭

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  23. estimado amigo para hacer un copia y pega
    como muestra al estudiante

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  24. Estaba bonito el cuento de warma kuyay

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  25. quería las respuestas de las preguntas de abajo para mi cuestionario ;v pero estuvo muy bonito

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  26. Está histiria, me parrce triste, ya que abusan de Justian.

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  27. La verdad k no entendí mucho de la historia pero creo k es un poco triste pero está buena.

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  28. muy buena su trabajo al servicio de la juventud estudiosa y muchos éxitos

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  29. Tengo una tarea de mi hija me piden una fábula narrativa de José María Arguedas

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  30. Unos dicen q es muy conmovedor, pero a mí me da ganas de reír

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  31. SOLO ENTRE ACI POR TAREA

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  32. En la parte inicial k le dice Ernesto a justina? Alguien me puede ayudar

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