EL CARNET
Cuento
Antonio Gálvez
Ronceros
Llevando
un atado de paja de frejol, un negro muy viejo atravesaba la solitaria placita
de la hacienda. Al pasar frente a la comisaría un guardia que se aburría en el
umbral le dijo:
-¡Alto!
-Aquí
toy, señó.
-Su
carnet.
Señó,
cainé tengo, pero ta pa llená
-Y
por qué no lo ha hecho llenar.
-Güeno...
Resuta que yo tabajo too lo día e la semana. Y ahí ta don Erique Cabreira, que
mi bueye se caen de hambe, mueto, jalando agua hata lo día domingo pa la
casacienda. Po ese motivo no pueiro i al pueblo. Dicen que hay que i a tomase
una fotorgafía en un apadato, quiuno se pone derante, y atrá una con capa nera
dice: "¡Etric! Ya ta lito". Y dicen quese apadato queda en una calle
que se llama Derecha, y como quieda que yo no vual pueblo dede quesa calle era
torcira...
-Bueno,
bueno. Dígame: ¿y cómo es que ahora usted no está trabajando con los bueyes?
-No
créea. Yo me dao un brinco pacá, a pedí eta paja e frijó pa mi bueye que me tan
eperando junto al pozo diagua pa seguí trabajaindo. Sian caído de hambe y mian
dicho: "Quedemo paja e frijó pa seguí trabajaindo".
-Ah
¿sí?
-Así
e, señó.
-¿Y
dónde queda ese pozo de agua?
-Ya.
Uté ta aquí, ¿no? ¿Uté ve esa planta e pacay que ta allá abajo? Esa planta e de
Bernardrino. Má abajito, ahí cae el pozo.
-¿Y
dónde vive usted?
-Ya.
Uté ta aquí, ¿no? ¿Uté ve esa planta de epigua que ta allá ponde viene volando
esa mancha e pericos? Esa planta e de...
-Ya,
ya váyase.
-Cómo
no, señó.
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