Poeta Paolo de Lima
COMO UN HALO DE LUZ BAJO LAS AGUAS
El
corazón del espejo es tan limpio como su memoria
y su terror es el silencio en medio del taladro
golpeando las columnas de luz que emergen con el día y se
esfuman
como una vaga inquietud refugiada en una esquina que danza
susurro que impregna el gemido
y la telaraña recorriendo los vasos sanguíneos para atrapar
el frágil aliento de la humanidad y devorarlo
El espejo que no conecta tu rostro con su carne viva y sus músculos
también amontonados los días, al pescar del río—
tachando frases para desollar la búsqueda
el niño del ahora es la letra, espuma y arena
intentándose.
Absurdo este no querer, si no tienes espejo no golpees las columnas,
No destroces los pastos ni las nieves si no caminas
trizada lengua de sangre adormilada.
Ahora anuncia el cuerpo tenso como un halo de luz bajo las aguas
el cuerpo y su corazón de tormentas, músculos de hojalata.
¿Quién cuenta las horas alrededor de una vieja esquina
en las mañanas que bailan? Caros mensajes, sinfín de juegos
en una riña que sutura; el espejo tiene de la ausencia su sombra.
Objeto del mañana, pequeña certidumbre de carne viva.
y su terror es el silencio en medio del taladro
golpeando las columnas de luz que emergen con el día y se
esfuman
como una vaga inquietud refugiada en una esquina que danza
susurro que impregna el gemido
y la telaraña recorriendo los vasos sanguíneos para atrapar
el frágil aliento de la humanidad y devorarlo
El espejo que no conecta tu rostro con su carne viva y sus músculos
también amontonados los días, al pescar del río—
tachando frases para desollar la búsqueda
el niño del ahora es la letra, espuma y arena
intentándose.
Absurdo este no querer, si no tienes espejo no golpees las columnas,
No destroces los pastos ni las nieves si no caminas
trizada lengua de sangre adormilada.
Ahora anuncia el cuerpo tenso como un halo de luz bajo las aguas
el cuerpo y su corazón de tormentas, músculos de hojalata.
¿Quién cuenta las horas alrededor de una vieja esquina
en las mañanas que bailan? Caros mensajes, sinfín de juegos
en una riña que sutura; el espejo tiene de la ausencia su sombra.
Objeto del mañana, pequeña certidumbre de carne viva.
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