LOS POEMAS DE WASHINGTON DELGADO
TE ESTOY PERDIENDO
Te estoy perdiendo
en cada voz que escuchas,
en cada rostro que contemplas,
en cada gesto tuyo,
en cada lugar
que recibe a tu cuerpo.
Ser como la luz
que te envuelve, por la que dejas
un retazo de sombra.
Ser como la noche que te obliga
a un pensamiento, a un deseo,
a un sueño.
Ser una materia leve,
una corriente extensa
que te persigue siempre.
No ser esto que soy
y que te está perdiendo.
ENVÍO
San Santiago del Cusco,
muy caballero,
en su caballo blanco
baja del cielo.
Las espuelas de plata,
dorado el pelo,
claros ojos redondos,
negro el acero.
De la sombra le miran
los que murieron.
San Santiago del Cusco,
muy caballero,
pisa tierra peruana,
no quieren verlo;
a su España se vuelve,
no quieren verlo;
por el mundo camina,
no quieren verlo.
San Santiago del Cusco,
muy caballero,
a su cielo regresa,
con torvo ceño.
No quieren verlo.
TOCO UNA MANO
Toco una mano y toco
todas las manos de la tierra.
Nada es distinto de este rostro,
de esta voz instantánea
y la fuerza del corazón es también
un resplandor en el cielo.
El amor es idéntico
a sí mismo, yo soy
una multitud sobre la tierra.
Todo el amor es nuestro;
toco con una mano y toco
toda la hermosura.
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