lunes, 18 de julio de 2011

PONENCIA DE RAFAEL ALVARADO CASTILLO SOBRE ARGUEDAS EN EL CONGRESO NACIONAL DE ESCRITORES EN HUARAL


PONENCIA SOBRE JOSE MARIA ARGUEDAS EN EL I ENCUENTRO NACIONAL DE ESCRITORES EN HUARAL

A PROPÓSITO DEL CENTENARIO  DEL NACIMIENTO DE ARGUEDAS

     En el Perú, a nuestro escritor José María Arguedas  en vida se le maltrató, humilló y marginó  por ser serrano; pero él no bajó la cabeza, sino más bien se sintió orgulloso de ser un hombre del ande igual que el gran cholo César Vallejo. Ambos se identificaron con el dolor del pueblo andino. Arguedas le dio un sitio especial al  indio peruano en la literatura universal a través de sus obras literarias.  Arguedas mostró al mundo la grandeza del hombre del ande: su nobleza, su fortaleza, su rebeldía, su valentía, su sabiduría y su amor por su tierra que lo vio nacer. Lo defendió      hasta el último día de su existencia. Él me enseñó a amar  el Perú Profundo tan olvidado y ofendido. Nuestro escritor es reconocido  mundialmente por su magistral pluma con  la cual escribió  sus famosas obras. Es por eso que este año  2011, debió ser declarado como el “Centenario del Nacimiento de José María Arguedas” porque hay abundantes méritos que hizo nuestro escritor andahuaylino. Una vez más, se cometió un gran atropello con él. Al respecto, el eximio periodista José María “Chema” Salcedo, dijo: “Estamos tratando mal a Arguedas, un personaje clave para obtener la verdadera esencia del Perú”.  En todo el Perú se han levantado  voces de protestas de los grandes intelectuales a favor de  Arguedas.  Si el Perú  optó por Machu Picchu para nominar al año 2011;  en los Estados Unidos, los latinos declararon, el 2011  “Año  de José María Arguedas”. ¿Por qué en el Perú no se debió declarar el “Centenario de Machu Picchi para el  mundo”? Porque lo que  pretende es  dar importancia al descubrimiento de Machu Picchu que se dio el 24 de junio de 1911 por el explorador norteamericano Hiram Bingham. Nadie se atrevería a desconocer la grandeza de nuestra ciudadela incaica  y menos ninguna boca de un peruano diría  que no la ama y admira. Los peruanos nos sentimos muy orgullosos de  nuestro histórico Machu Picchu.   Lo que hizo el norteamericano Bingham fue redescubrir nuestra ciudadela porque 46 años antes que él llegara a Machu Picchu  ya lo habían descubierto los viajeros: el italiano Antonio Raymondi, Augusto Berns y el explorador francés  Charles Wiener. Por esta razón el destacado periodista José María Salcedo ha dicho con suma firmeza: “Este centenario es de Hiram Bingham y no de Machu Picchu”. Por último, nuestro escritor fue nuevamente maltratado este año 2011, cuando el Perú debió reivindicarse con nuestro cholo universal José María Arquedas.   Él no ha muerto porque vive en los corazones de los hombres que leen sus obras que lo han inmortalizado.

LA OBRA LITERARIA DE ARGUEDAS
     Las novelas del cholo universal José María Arguedas gozan de alta calidad literaria y su contenido tiene una inmensa humanidad que trata de resaltar la dignidad y  el espíritu rebelde del hombre del ande. En las páginas de sus obras literarias, el personaje central es el indio con sus grandes problemas, pero también con sus grandes cualidades humanas que le da una grandeza inconmensurable. El novelista Mario Vargas Llosa  escribió  con mucha razón cuando se refiere a la obra completa de Arguedas: “Su obra tiene una significación múltiple, de calidad literaria y por otra parte es una obra de integración”. 
     El escritor Arguedas en la novela corta “El Sexto” narra magistralmente, por boca de Gabriel Osborno, la experiencia personal en la cárcel tenebrosa el Sexto. La horrible prisión donde pasó el joven novelista, es el lugar donde cumplen condenan los políticos, trabajadores, estudiantes, obreros, criminales y ladrones comunes, vagos, pordioseros y locos; hombres blancos, indios, negros, cholos, injertos y japoneses. Los personajes que participan en la obra son: Gabriel Osborno  que  es un preso político de 21 años, un  estudiante universitario;  el pianista que muere por los maltratos que recibe del Negro Puñalada; el japonés  que muere por desnutrición; Clavel, delincuente homosexual y loco; el Negro Puñalada, delincuente  peligroso y  abusivo contra los débiles; Pacasmayo, Alejandro Cámac Jiménez, el Piurano, el Pato y el asesino del Negro Puñalada.  Todos los personajes de la obra crean con sus acciones  un clima de tensión y de violencia. Los hechos más resaltantes de la obra son: el suicidio de Pacasmayo; la locura de  “Clavel”; y las muertes  de El Pato, del Negro Puñalada, del pianista y del japonés.
     “Yawar Fiesta” es la primera novela de Arguedas que fue publicada en 1941.  “Yawar Fiesta” (fiesta sangrienta) es una idea  expresada por medio  de la palabra Yawar (sangre) y otra palabra castellana, fiesta. Los hechos de la obra se desarrollan en el pueblo andino de Puquio.  Los protagonistas cumplen sus papeles en la obra. y sobresalen: el alcalde Antenor que goza de complejo de superioridad y  es potencialmente racista porque odia a los mistis y a los indios; don Julián  Aranguena es un personaje controvertido que simboliza la sinceridad y la fuerza; y el toro Misita. Entre los personajes secundarios destacan: Don Jesús, el mestizo   Pancho Jiménez, el juez don Santos,  don Demetrio que es un personaje hipócrita y que tiene ambiciones desmedidas, los Varayok’s, el párroco, el subprefecto, el sargento, el chofer Martínez y don Félix. En esta obra se contrapone  las costumbres del ande contra las costumbres hispanas: el espectáculo taurino. Las autoridades del pueblo de Puquio quieren  imponer a la fuerza las costumbres taurinas de corte hispano, pero los indios del pueblo lo rechazan y al final logran imponer sus costumbres. Nuestro escritor toca esencialmente en su obra literaria con gran profundidad el proceso de la transculturación hispano-indígena.
     La novela “Los ríos profundos” fue publicada en 1958. El tema central de la obra radica esencialmente en el sentimiento profundo al universo del ande peruano. Los personajes están bien diseñados por su autor. El protagonista es el niño Ernesto quien nos narra magistralmente su vida. Los personajes secundarios son muchos y destacan los más resaltantes como el padre de Ernesto,  Miguel Jesús, el viejo que es el hermano del padre de Ernesto; Augusto Linares o simplemente Padre Linares quien es el director del colegio religioso; el Padre Cárpena quien tiene una elevada estatura y de porte atlético; el hermano Miguel  a quien los alumnos le llamaban  “el Negro”;  Ántero Samanez, hijo de un terrateniente del valle Apurímac y todos le llamaban Markaska o el “marcado”,  Salvinia, chica de 12 año y enamorada de Antero; Añuco, hijo de un hacendado; el  “Peluca”, estudiante fortachón de 20 años;  Valle, estudiante interno de quinto año del colegio  religioso; Palacito, estudiante interno indígena y el menor de todos, le llamaban “indio Palacios”; doña Felipa, mujer obesa de mucho coraje y cabecilla de las chicheras; opa Marcelina, mujer de baja estatura y gorda, jovencita demente que ayuda en la cocina del internado: el papacha Oblitas, profesor y músico; Alcilla, notario de Abancay; y la lista de personajes es interminable. Las acciones  se desarrollaron  en el Cusco  y en Abancay en donde se ubican  el  colegio   del  internado religioso de Abancay; el barrio de las chicheras, Huanupata y la hacienda de Patibamba. La doctora Juana Martínez Gómez, catedrática de Literatura Hispanoamericana de la Universidad Complutense de Madrid, España hace un importante apunte de la obra maestra de Arguedas: “Los ríos profundos, novela esencialmente autobiográfica, está desarrollada a lo largo de once capítulos  de carácter muy heterogéneo cuyo hilo enlazado es el protagonista, el “yo” que relata una serie de episodios y le confiere  unidad a la novela. Ésta narra las experiencias de Ernesto, un muchacho de catorce años, en un colegio religioso de Abancay, al  que llega después de recorrer junto con su padre diversos lugares de la sierra. Los primeros capítulos son una auténtica biografía del autor, verdaderos   diarios de su infancia escritos con toda clase de  detalles. Al llegar al colegio, se incorporan nuevos personajes –los alumnos, los profesores y otros más o menos cercanos al mismo -, y se alternan los episodios  de dentro y fuera del centro escolar significativos  en la vida del muchacho, que van dando  a conocer al lector un mundo -Abancay- y un submundo  -el del colegio-. A simple vista, se observa que Ernesto no es un niño como los demás, sólo por su prudencia  –pues, aunque blanco se ha criado  entre los indios-, sino por su forma de actuar, por sus reacciones y actitudes ante diferentes situaciones. Esto le hace conquistar entre algunos profesores y alumnos como “loco”, “vagabundo”, “forastero  algo tocado”, etc. Es un niño que lo observa y todo lo medita. Ante sus ojos parece que no pasa nada inadvertido y de este modo, llega a unas conclusiones  llenas de inocencia, ternura y bondad y, a la vez, tan maduras que contrastan  con las de las que persona que le rodean.  En el capítulo “La despedida”, en que el padre parte de Abancay, comienza una nueva vida para Ernesto, que debe enfrentarse solo en el mundo. Esta separación es necesaria para iniciar una nueva etapa en su existencia; por eso está revestida de esperanza. Desaparece, así,  un personaje, el padre, pero continuará en el recuerdo del niño resurgiendo en los  momentos más críticos de su vida, de tal forma que la memoria llega a constituirse en uno de los elementos claves de la organización interna de la novela. El padre se convierte en una obsesión diaria, hasta el punto de transformarse en el objetivo de la existencia de Ernesto. En ausencia de su padre, el niño adquiere una visión negativa de la realidad. Desde el colegio, donde domina la violencia, el sexo y la maldad, observa el mundo, “cargado de monstruo y fuego” (…) En el universo mágico de la obra, a las vivencias del niño se yuxtapone la realidad exterior con distintos episodios que reflejan un entramado social y religioso cargado de abusos e injusticias. Es el caldo de la sublevación de las chicheras cuya causa es compartida plenamente por Ernesto que lucha activamente con ella.”
     “Todas las sangres” es la obra que tiene más páginas entre todas las novelas de Arguedas.  En 1964  se publica su obra más ambiciosa, Todas las sangres en la que quiere  presentar la gran diversidad de elementos humanos que componen el Perú. Intenta crear un cuadro de la totalidad social del país basándose en sus propias experiencias recogidas de todas las escalas y jerarquías del Perú que él conoció directamente.  En la  novela aparecen  todos los problemas del Perú en plena ebullición en la época en que fue escrita, porque Arguedas se propuso abarcar la totalidad de las cuestiones sociales que afectaban al hombre peruano de su momento. El propio autor la considera como la culminación de su obra, de modo  que las novelas anteriores constituirán  los eslabones necesarios para elaborar ésta última: “Todas las sangres ha madurado durante largos años. Para poder escribirla fue necesario haber intentado interpretar en Agua (1935), la vida de una aldea, en  Yawar Fiesta (1941) la de una capital de provincia y en Los ríos profundos (1958) la vida de un territorio humano y geográfico más vasto y complejo. Sin estas obras no hubiese podido crear Todas las sangres  Los personajes principales de la novela se encuentran bien diseñadas por el autor  y alrededor de ellos gira toda la obra arguedasiana. Los personajes centrales son tres: el hacendado Bruno Aragón de Peralta; el ambicioso Fermín Aragón que es dueño de la mina de Apark’ora que explota y abusa de los humildes indios; y don Demetrio Rendón Willka, quien primero trabaja para Fermín Aragón y después para Bruno como administrador de su hacienda. Entre los personajes secundarios sobresalen: Matilde, mujer de ojos grandes y color de piedra verde y esposa del hacendado Fermín el Gálico, el hacendado; el mestizo Gregorio;  el ingeniero Hernán  Cabrejos Seminario quien es jefe de las minas de San Pedro y también agente secreto   del Consorcio Wisther-Bozart.  Las acciones o hechos  que realizan los personajes se desarrollan en el espacio  local o regional que está ubicado en la sierra sur del Perú, y tiene como escenario tres áreas: la mina Apark’ora; el pueblo de San Pedro; y la hacienda “La Providencia”, la comunidad de Paraybamba y la comunidad de Lahuaymarca.
      La novela póstuma de Arguedas es el “El zorro de arriba y el zorro de abajo, 1971”.